domingo, 15 de abril de 2018

As ibérico de Bilbilis, Calatayud, provincia de Zaragoza.



As ibérico de Bilbilis, Calatayud, provincia de Zaragoza. Siglo II a. C.


Anverso: Cabeza viril a derecha; de peinado de líneas muy singular. Delante delfín, detrás signo ibérico "Bi".

Reverso: Jinete lancero y casco de cimera cabalgando a derecha; debajo leyenda ibérica "BiLBiLIS". Estilo muy peculiar.

Catalogación: (AB-258) (VIL-239/12) (ACIP. 1573)

Peso: 13,13 gramos.

Bilbilis es una de las ciudades indígenas, luego romanizada, mejor conocidas de Aragón. Su extensión es grande, unas 30 Ha. de terreno abrupto, encaramada sobre los cerros de Bámbola (alt., 711 m.) y San Paterno (701 m.), junto a Huérmeda, en las cercanías de Calatayud, a 6 km. de esta última. La ciudad fue citada en las fuentes antiguas, y destacan, en tal sentido, las referencias de su poeta nativo Marcial; hay también citas de Estrabón en su Geografía (tomando datos de Posidonio), de Plinio el Viejo (que menciona el hecho de poseer sus habitantes el derecho de ciudadanía romana), de Justino y San Isidoro (mencionando la industria del hierro y el río Jalón), o de Ausonio en época tardía, que la refiere como lugar semidesierto.

Emitió Bilbilis sólo moneda de bronce, ases y sémises. La primera emisión luce un busto imberbe entre “so” y delfín, y en el reverso el jinete lancero en los ases, y en los sémises caballo corriendo debajo de creciente. Se interpreta “so” (?) como el comienzo del nombre de la tribu o pueblo al que perteneció la ciudad ibérica (el mismo “sos” de las cecas de aregoraticos y oilaunicos).

La serie segunda, de arte excelente (sigla s en anverso), enlaza con la tercera, la última, que luce la abreviatura “Bi”, y resulta de arte evolucionado y amanerado, rematando en monedas francamente bárbaras como es la presentada en la fotografía.

Cronológicamente, comienza Bilbilis antes del año 133 a.C. (serie primera); la segunda emisión está presente en el tesoro de Azaila (49 a.C.), y la tercera continúa hasta la aparición de los letreros latinos. Metrológicamente, estamos ante un patrón evolucionado del sistema semiuncial romano (12,15 gr. el as). La dispersión geográfica resulta muy amplia. La costa mediterránea desde Valencia a Béziers, el valle del Ebro con densidad, y la Cordillera Ibérica (Poyo del Cid, Numancia); en la meseta Norte, Clunia, y más al oeste, Lugo y Salamanca significan los puntos extremos.

Bibliografía: Beltrán Lloris, M. y Beltrán Lloris, F.: “Numismática hispano-romana de la Tarraconense”; IV Congreso Nacional de Numismática, en Numisma, Madrid.


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